LLERENA, UN AÑO SIN TRAUMATÓLOGO
El Hospital de Llerena anda cojo, y sin opciones de cura, porque no hay traumatólogos que lo atiendan. Así que aún menos va a atender a los vecinos de la Campiña Sur. Más nos vale saber dónde poner el pie. Pobres ancianos que se partan la cadera. O pobres niños que jueguen a la pelota. Mejor que se queden quietecitos en casa. Hace casi un año que en el Hospital de Llerena no hay traumatólogo. Ni tan siquiera lo hay para atender el servicio de Urgencias.
Es este el agravio más doloroso de todos los que se están produciendo últimamente en el hospital, que son muchos y de calado. Se prometieron servicios para este hospital que luego nunca llegaron a implantarse. Es decir, que nos estafaron y nos mintieron. Ahí están las notas de prensa que no pueden desmentirme. Primero sucedió con la implantación de la técnica de ganglio centinela, que no sé por qué oscuros intereses a última hora se decidió ubicarla en otro centro sanitario; y lo mismo sucedió cuando, en 2002, recién recibidas las competencias sanitarias, el actual presidente de la Junta, Guillermo Fernández Vara, entonces consejero, aseguró una UCI para el Hospital de Llerena; luego, ese proyecto ha quedado reducido, (aprobado por la Asamblea de Extremadura el 14 de abril de 2016) a una Unidad de Cuidados Críticos, pero, según soplan los vientos, parece ser que esa unidad tampoco quedará instalada en este centro, y si alguna vez llega a abrirse, no será atendida con el personal facultativo requerido para este tipo especial de servicio, digo aquí intensivista.
Pero a lo que iba, que el hospital de la Campiña Sur no cuenta con traumatólogo para sus vecinos. ¿Será a través de este servicio por donde comience el desmantelamiento del hospital? Casualidades de la vida. En 1982 se inauguró el hospital con el servicio de ginecología y traumatología como primeros servicios indispensables de un hospital. Ahora resulta que ya no es necesario el servicio de traumatología para un centro que lleva funcionando casi 40 años. Si de verdad la Administración y la Junta tuvieran verdadero interés en la continuidad de un hospital en una de las zonas más desfavorecidas de Extremadura, la Campiña Sur, hace ya tiempo que hubieran corregido esta grave anomalía. Y no me vengan con justificaciones de la pandemia. Los agravios a este hospital hace ya muchos años que se vienen sucediendo, tanto en el servicio de traumatología como en otros muchos, con pandemia y sin pandemia. El Hospital de Llerena nació en 1982. Tras esa fecha se ha trazado un guion (que se llama desmantelamiento). Ahora solo falta que los que nos gobiernan decidan la fecha de su defunción: 1982-202... Presiento que los pueblos de la Campiña Sur quedarán sin hospital antes de 2030. De seguir así no me equivocaré en mi presagio.
Miguel Ángel Sánchez Rafael
Enfermero del Hospital de Llerena